Review Peugeot iOn (full electric car).
Antes de
nada agradecer al autor del blog la posibilidad de expresar mi opinión sobre
este producto fruto de la colaboración del grupo de automoción PSA y
Mitsubishi. No voy a entrar en datos técnicos, mi cometido aquí es comentar la
experiencia de conducción desde el punto de vista de un usuario normal, sin
entrar en “aburridos” datos los cuales con casi total seguridad serán tratados
con posterioridad en próximas entradas.
Reserva.
El
alquiler del vehículo se realiza a través de Internet en la web www.mobega.es, se trata de una campaña de
promoción del uso de transporte ecológico y sostenible patrocinada por la Xunta
de Galicia con fondos europeos y el Clúster de Empresas de Automoción de
Galicia (CEAGA), también se puede reservar a través de un número de teléfono
que podéis encontrar en la web. La
gestión del alquiler la lleva la empresa de alquiler de vehículos National Atesa, ellos se encargan de confirmar el alquiler, te suministran el
coche, te asesoran en todas las dudas que puedas tener, entregan y recogen el
coche. En mi caso fue realizado por la web, solamente es necesario disponer de
15 euros en tu cuenta corriente, una tarjeta de crédito, 21 años de edad y permiso
de conducción.
Habiéndome
confirmado la recogida del coche para las 10:00 horas del 9 de mayo mediante correo
electrónico me dirijo a las oficinas de Atesa National en la Avenida de Lugo
(Santiago de Compostela) y simplemente entregando la tarjeta de crédito, DNI y
permiso de conducción me conceden el honor de ser de las “primeras personas” en
conducir este gran coche, aunque evidentemente en ese momento no lo sabía.
Primeros 30 kms.
Con un poco
de miedo y serias dudas presiono el botón del mando a distancia para la
apertura del cierre centralizado y el coche me recibe extendiendo las orejas
(retrovisores exteriores) como si fuese el perro de la famosa marca de papel
higiénico, un poco miedoso al principio, con dudas pero con una curiosidad
innata, casi como se sentía su improvisado nuevo dueño, al cual acompañaría
durante las próximas 24 horas.
Introduzco
la llave en el contacto, y la giro hasta que se encienden las luces del cuadro
de instrumentos, el mismo cuenta con 3 partes bien diferenciadas, una central
grande con un indicador analógico en donde se puede leer las palabras “Charge”,
“Eco” y “Power” el cual informa al conductor en todo momento del uso que se
esta haciendo de la batería en cuanto a consumo (zona de Eco a Power) o no
consumo e incluso cierto grado de recarga (zona de Eco a Charge). Dentro de
esta zona también hay un display LCD que únicamente indica la velocidad del
vehículo. A derecha e izquierda de esta parte del cuadro hay 2 pequeños
displays en donde se indican los datos típicos de un coche moderno (autonomía,
kilometraje total, parcial, indicador de servicio) en uno y carga de baterías y
posición del cambio de marchas habitual en un coche automático (P,R,N,D) en el
otro. El resto de instrumentación es la habitual en un coche actual (luces,
intermitencias, freno de estacionamiento...).
Giro la
llave como en un automóvil tradicional, el coche me responde con un pitido y el
encendido de un piloto con la palabra “READY” en el cuadro, es el momento de
salir, paso de la posición parking (P) a drive (D) salimos del estacionamiento
y empezamos nuestro viaje. La sensación es rara, no se escucha ningún ruido ni
vibración que no sea producida por la rodadura de los neumáticos en el asfalto
y lo mejor de todo es que no se echa de menos, esto es nuevo para mí, quizá me
este haciendo mayor. Los primeros 30 kms transcurren felizmente entre idas y
venidas a distintas zonas diametralmente opuestas de la capital de Galicia, el
día en principio no acompaña mucho y tengo que hacer uso frecuente de los limpia-parabrisas y del ventilador interior. La gente me mira
en numerosas ocasiones, supongo que lo normal cuando se trata de un modelo
relativamente reciente con una fabricación bastante limitada porque en lo que a
emisiones acústicas se refiere el coche emite tantas como gramos de CO2 por
kilómetro, cero. Este último es uno de los pocos inconvenientes del coche, los
peatones no te oyen. Mi teoría es que estamos tan acostumbrados a cruzar las
calles “de oidas” que cuando el uso del automóvil electrico se generalice más
nos vale cambiar el chip, creo que la solucion a esto pasa por la re-educacion
del peatón más que por la colocación de un dispositivo acústico en el exterior
del vehículo que en mi opinión eliminaría una de las grandes ventajas de estos
coches siendo mas notorio en ciudades sobrepobladas donde el ruido de motores
puede incluso llegar a alterar las horas de sueño de muchas personas.
Primera carga (rápida + otros 30 minutos).
Después
de qué el piloto “repostase” y descansase un poco el cuerpo en el sofá de casa
nos dirigimos a recargar la batería, si bien era totalmente innecesario en ese
momento ya que aun le quedaba suficiente autonomía para gamberrear un bastante
más por la ciudad, tenía en mente un viaje un poco más ambicioso y la simple
idea de quedarse parado a mitad del camino de vuelta me producía escalofríos
así que me acerqué hasta las instalaciones de Noyamovil, concesionario oficial
Citroën para Santiago de Compostela.
Estacioné el vehículo en el poste de recarga rápida, en media hora el indicador
marcaba 80% y media hora después, al volver a
hacer el mismo proceso que al principio, ya estábamos al 100%, aunque
creo que no es real (que me corrija el autor del blog si estoy equivocado) ya
que la recarga total al 100% es mucho más lenta y precisa de 6 horas para
llevarse a cabo. Las recargas con esta promoción son totalmente gratuitas, se
hacen identificándote con una tarjeta que te ceden al recoger el coche, no
entraré en más detalles, como ya dije seguramente se traten en sucesivas
entradas de este mismo blog.
El viaje
transcurre con tranquilidad por vías interurbanas (N-550) con muchas
limitaciones de velocidad a 50, 70, 80 y alguna de 100 kilómetros por hora. Al
salir el display indicaba una autonomía de 92 kilómetros, a mitad de camino
pude ver como la autonomía aumentaba hasta llegar incluso a 132 kilómetros
beneficiándome de la orografía de la región y de una conducción económica,
respetando (la mayoría del tiempo) las limitaciones de velocidad. La última
parte del trayecto ya no respetaría tanto la autonomía del Peugeot iOn, siendo
más que notorio el aumento de las pendientes, aumento directamente proporcional
a la reducción de autonomía del vehículo el cual llegó a Pontevedra indicando
que le quedaban 60 kilómetros por recorrer con esa carga. Haciendo el cálculo
son 60 + 60 = 120 kilómetros teóricos (http://g.co/maps/3uy2d),
y digo teóricos porque aunque me gustaría “tener el lujo” de quedarme tirado en
la carretera para ofrecer datos reales ya dije antes que la idea me producía
escalofríos por razones evidentes como pueden ser la Guardia Civil, asistencia
en carretera, clausulas con el seguro del coche, problemas con la empresa de
alquiler o con los dueños reales del coche (administración pública).
Segunda carga (rápida).
Me
acerco al único punto de recarga de la bonita, aunque caótica por culpa de las
obras, ciudad de Pontevedra. Está
situado en el aparcamiento de un supermercado de la cadena Froiz (Santa Clara,
2), pulso el botón retiro la tarjeta y
se sube la barrera. Entro y con algo de miedo por si el punto de recarga no
funciona o si surge algún otro tipo de problema que me impida volver a Santiago
me dirijo al puesto del encargado del parking y le pregunto por el poste de
recarga, amablemente me indica donde es, estaciono y repito el proceso ya
“habitual” para recargar la batería, esta vez solo la cargaría los 30 primeros
minutos ya que estimaba que sería suficiente para volver. Invertí el tiempo en beber
algo en una terraza ya que el tiempo desde primera hora de la tarde pasó a
acompañar, luciendo un sol espléndido y aumentando la temperatura hasta unos
agradables 22 ºC. Para mi sorpresa una vez pasado el tiempo de recarga me
dirigí a retirar el vehículo del parking, al proceder al pago del
estacionamiento el encargado me indica que es gratuito, que me dirija a la
salida, él me sube la barrera desde allí.
Pontevedra- Santiago.
La vuelta a
casa transcurre con más tranquilidad aún, ya que sabia que no tendría problemas
para llegar y me permití el lujo de no mirar tanto la autonomía, adelantando
numerosos coches en las zonas de doble carril y haciendo un uso menos económico
del iOn, apagando incluso la radio para escuchar el silbido y el ronroneo del motor
y la transmisión al acelerar y pasar de la zona de consumo a la de regeneración
de energía. Esta transición sucede de manera un poco brusca si dejas el
acelerador muerto de golpe, esto se debe a que entra en funcionamiento el freno
regenerativo que actúa como un freno motor pero en este caso la retención es
más acusada hasta el punto de casi (o sin casi) actuar de freno, por lo que
recomiendo a no ser que quieras frenar directamente con los frenos de las
ruedas el no soltar el acelerador de todo y dejarlo siempre un poco pisado con
el fin de que esta retención sea lo menos brusca posible. No tengo datos reales
pero es posible que tanta retención sea contraproducente ya que es tan fuerte
que si no quieres frenar el coche este se frena tanto que si quieres volver a
ir a la velocidad que tenias antes de soltar el acelerador de todo posiblemente
consumas más energía de la que regenere el propio motor, espero con ansia la
opinión al respecto del dueño del blog, aunque imagino que por otra parte los
ingenieros que lo diseñaron tendrían presente esto quedando descartada mi
teoría.
Tercera carga (rápida).
Como
preveía llego a Santiago sin ningún tipo de problema para llegar y con
suficiente carga para callejear un poco y devolver el coche.
Dicen que
la curiosidad mató al gato y yo soy muy curioso. A decir verdad también me
mosqueaba y a la vez me parecía raro que las estaciones de carga tuviesen un
horario de apertura y cierre como indica el Ministerio de Industria así que con
ciertos riesgos a tener que abandonar el coche cerca de la sucursal de National
Atesa por no poder cargar el coche una vez más me dirigí a las ya familiares
instalaciones de Citroën aquí en Santiago de Compostela y pude confirmar que
estos horarios no son ciertos, la estación está abierta las 24 horas, o por lo
menos a las 21:20 aun podía hacer uso de ella y así hice.
Mientras
esperaba a que la carga terminase decidí ir a tomar un café con mis “amigos”
del lado oscuro, vendedores de oro negro refinado (zumo de dinosaurio, como le
gusta llamarle a un buen amigo mio) al otro lado de la calle. Allí todo eran
caras largas, esta gente me miraba mal así que apuré el café y retiré al iOn
del estacionamiento, no sin antes quitar la manguera (no quería imitar a Felipe
Massa con su Ferrari en el circuito de Sepang, no sé si recordáis).
Volvía al
centro de Santiago, la noche terminaba de caer y me recordaba que como buen
conductor debía hacer uso de las luces de cruce, para ver y ser visto. Curiosa
reflexión vino a mi cabeza, me di cuenta de que encender las luces en un coche
así es como si las luces de mi C2 funcionasen con gasolina. Me equivocaba,
evidentemente funcionan con un flujo de electrones, pero el consumo no es tan
relevante como para que afecte significativamente a la autonomía.
Noche en Santiago.
Tras unas
vueltas más por el centro estacioné el coche en una céntrica calle y después de
una buena cena y mucha mejor compañía con posterior paseo por la Alameda, me
dispuse a hacer de taxista ecologista y acercarlos a cada uno a su casa. Al
terminar aparqué el coche cerca de casa y dí por terminada la jornada. Era la
1:20 y con 211 kms recorridos, Simba (recordad que el símbolo de Peugeot es un
león) y yo descansábamos a pocos metros de distancia, decidí dejar la persiana
entrecerrada por si debía echarle un ojo de vez en cuando, esto es importante
ya que cualquier defecto que no estuviese presente en la entrega se penaliza
con una franquicia de 300 euros. Afortunadamente no hubo mayor problema.
Amanecer en Santiago.
Suena
la alarma, las 8:00. Ducha rápida y a ver como está el coche. El día promete en
cuanto a tiempo atmosférico. Improviso un plan, Simba y yo nos iríamos a dar
una vuelta de despedida, unas fotos, lo devolvería a sus verdaderos dueños (no
sin cierta pena) y reflexionaría luego sobre la experiencia con el café y el
croissant, por otra parte el desayuno ideal después de 249,6 kilómetros en un
utilitario francés.
Conclusiones.
Todo
lo bueno se acaba, y este coche es bueno aunque evidentemente el proyecto aun
esta dando sus primeros pasos. Lo mejor de todo es que no te deja indiferente,
el coche tiene carácter, es extremadamente suave pero no le falta genio. Lo
miras y no es bonito, la auténtica belleza está en su interior, en su carácter
dulce, su habilidad para sacarte una sonrisa, la nobleza de sus intenciones
(ecología), es difícil no echarlo de menos y yo 45 minutos después ya lo estoy
haciendo. Hasta pronto iOn!.
Massa se llevó puesta la manguera en Singapore, y no en Sepang.
ResponderEliminarPor lo demás, una entrada genial e interesante, muchas gracias por compartirla!
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